miércoles, 10 de abril de 2013

La Integración visomotriz y su importancia en el aprendizaje


¿Qué es la Integración Visomotriz?

La Integración visomotriz se refiere a la capacidad de coordinar la visión con los movimientos del cuerpo. La visión está involucrada en casi todos nuestros movimientos sean de motricidad gruesa o fina. Bajo esta premisa, y para fines de éste artículo, nos referiremos solamente a la coordinación entre los ojos y las manos para realizar diversas tareas de lápiz y papel, como las de escritura y dibujo. Muchos especialistas se refieren a estas habilidades como "grafomotricidad".


Cuando a los niños se les pide que dibujen varias formas, pueden presentar dificultades a diferentes niveles. Algunos niños no tendrán dificultades a nivel de percepción visual y tienen la capacidad de percibir los diseños, pero pueden fallar en dibujar las formas con precisión. Estos niños "pierden detalles". Pueden visualmente percibir los detalles del dibujo, pero debido a otros factores, como déficit de su atención por ejemplo, olvidan muchos detalles en la producción gráfica. Es el tipo de niño que dibuja, ve su trabajo y dice "Si se parece". Con práctica y motivación (ya sea dibujando cosas divertidas), estos niños pueden lograr valorar la atención a los detalles y luego incorporar los que puedan faltarle. Por otro lado, otros niños tienen dificultad con el aspecto motriz del dibujo. Para estos niños, mover la mano de un lado del cuerpo hacia el otro, cruzando la línea media del cuerpo, puede ser agotador. Esto hace que el dibujo se vea "roto", ya que comenzará a dibujar en un lado y cuando se acerque a la línea media del papel, va a levantar el lápiz y empezar a dibujar desde el otro lado por separado. No hay una fluidez del trazo de un lado al otro. Puede girar el papel o inclusive recostarse sobre un lado de la hoja sobre la mesa e ir "armando su dibujo". Puede escribir letras invertidas o no tener una adecuada direccionalidad.
Otros niños sí pueden tener dificultades en la percepción visual del dibujo, de tal forma que fallen en la orientación y posición del dibujo o letra a realizar. Les puede costar también encontrar las diferencias o discriminar que es figura y qué el fondo. Entonces preguntan constantemente a la profesora o se "copian" de cómo lo hace el amigo (inclusive usando los mismos colores, en el caso de un dibujo).
También están los niños que tienen dificultades en la percepción visual y motricidad. Esto hace que dibujar no les agrade (o puede hacerse "el gracioso" para disimular su dificultad). Para estos niños, la integración de las habilidades de percepción visual con un componente motor puede resultar muy difícil y agotador. Muchas veces no se sienten satisfechos con su producción, corrigiendo su trabajo continuamente, o evitando este tipo de tareas, por la baja posibilidad de éxito y alta posibilidad de frustración. 


Todos estos niños pueden mostrar signos de dificultad visomotriz en su aprendizaje académico. Puede ser mas evidente en la escritura. Completar los dictados de forma precisa puede tomarle mas tiempo y exigirle mas atención que a sus pares. Puede tener problemas al alinear los números para completar problemas de matemáticas. Toda tarea de lápiz y papel requerirá un mayor esfuerzo global (motriz, viso perceptual, atencional, disposición, motivación, etc.) para estos niños. Y sumemos el componente vestibular y propioceptivo. Copiar de la pizarra, mantener una buena postura para una mejor visión, y una buena toma del lápiz son habilidades básicas en las cuales muchos niños también pueden fallar. Y si sumamos que éste tipo de tareas son diarias, ya conocemos porqué muchas veces el niño no quiere hacer tareas.

Si se sospecha que un niño está teniendo dificultades con sus habilidades de integración visomotriz, consultar con un terapeuta ocupacional. El terapeuta evaluará los aspectos visoperceptuales requeridos para la edad del niño, relacionados con el aprendizaje. Es importante conocer la naturaleza y el nivel en el cual se encuentra el niño respecto a su edad. Entonces el niño puede ser derivado a una Terapia Ocupacional o Terapia de Aprendizaje.

Ayudas en casa
No hay nada mas beneficioso a nivel de integración visomotriz que las actividad lúdicas con cierto grado de exigencia. Así, el trepar una soga, lanzar pelotas en un cesto con ambas manos (y a diferentes distancias), así como el uso constante de la bicicleta (por diferentes rutas) son una plataforma sobre la cual se pueden trabajar áreas mas específicas.
Las Habilidades de Integración Visomotriz pueden ser estimuladas pidiéndole que realice dibujos (quizás de sus temas favoritos) o que realice en una lámina una búsqueda visual de un objeto específico.
También podemos darle dibujos incompletos, diferencias, que busque el diferente, absurdos visuales, o que pueda vestirse o desvestirse solo, clasificando y guardando la ropa por tipo, zapatos y si esta limpio o sucio. No olvidemos que si las actividades escritas le son muy difíciles y se muestra resistente, podemos dar mas énfasis a las actividades con material concreto y de la vida cotidiana.
Buscar productos en el supermercado, tener un lugar donde guardar los juguetes (e indicadores visuales como etiquetas o letreros) y hacer "horarios visuales" (si es muy pequeño lo acompañamos con dibujos) son otras ideas que ayuden en el desarrollo visoperceptual. Usar ambos brazos, tanto en actividades de fuerza (colgarse, trepar, trasladar objetos pesados, etc), como en tareas manipulativas, brinda el componente motor también necesario para lograr el equilibrio "visomotriz".


Fuente: Lic. Pedro Sanchez V
             Red Sensorial

lunes, 11 de junio de 2012

¡A mi hijo lo mandaron a terapia!.



Para muchos padres, esta frase podría sonar a drama o a señal de problemas serios en el niño. Esto no siempre es cierto. Las terapias ocupacional y de lenguaje son las más necesitadas por los niños. ¿Qué son y para qué sirven?
Terapia ocupacional en los niños

“Es la encargada de velar por el bienestar del menor, de su ocupación y relación con el medio ambiente. Sirve para favorecer el desempeño en el colegio, a la hora de jugar, su autocuidado e interacción con los demás”, afirma la terapeuta ocupacional Maritza Ferro. Ella explica que la terapia ocupacional trabaja en prevención, promoción y rehabilitación, desde las características y situación de los niños, quienes tienen como ocupación principal jugar y seguir siendo niños.
Quiénes asisten a la terapia

Niños con problemas en el desarrollo psicomotor, es decir: motricidad gruesa (correr, saltar, jugar) o fina (escribir, colorear, recortar); hiperactivos, con dificultades de aprendizaje o atencionales: no les gusta permanecer sentados, seguir instrucciones, respetar al otro e, incluso, no comer las onces, cepillar los dientes ni tolerar la marquilla de la ropa (texturas).
Según Álvaro Izquierdo, neuropediatra, a nivel cerebral existen dos factores por las cuales el niño debe ser remitido a terapia ocupacional: uno, falta de estimulación o de maduración; dos, trastornos genéticamente determinados como dispasia (anormalidad en el aspecto de
las células). También en caso de factores de riesgo como nacimiento antes de tiempo, desnutrición, meningitis, bajo peso, falta de estimulación o maduración de las células del cerebro.
El neurólogo pediatra también interviene en la remisión al terapeuta ocupacional. “Sin embargo, no existen exámenes para determinarlo; es más una apreciación clínica, es decir, si un niño de ocho meses aún no se sienta o uno de un año, no coge granito, necesita terapia ocupacional”, afirma Izquierdo.
Quién identifica si debe ir o no a terapia
Germán Silva, pediatra egresado de Universidad El Bosque, asegura que la decisión de si el niño debe o no ir a terapia se debe tomar en conjunto, según el reporte del colegio (maestros y psicólogos), de
la familia y, por supuesto, del pediatra. No siempre se requieren exámenes médicos específicos para hacer la remisión a la EPS.
Para verificar si el niño requiere o no la terapia, neuropsicólogos y neurólogos podrán entregar un diagnóstico final.
También se les hacen a los niños pruebas como Taca-taca, desarrollo de habilidades sensomotoras (pintura y desarrollo sensorial), sociales y de interacción, de autocuidado, control de esfínteres, tiempo libre y relación con su entorno, que las aplican las terapeutas.
¿Qué pasa en el cuerpo del niño?
Según la doctora Tobón, “a nivel físico, algunos de estos niños tienen mayor dificultad con el procesamiento de la información, en el cerebro tienen un patrón de madurez más despacioso para aprender ciertas cosas. Otra de las explicaciones es que no tienen un buen desarrollo de la habilidad con el sistema propioceptivo (posición de los músculos) y vestibular (relacionado con el equilibrio y el control espacial). También está asociado el bajo tono muscular. Todos los seres humanos nacemos con esa tensión normal del músculo para hacer las cosas; sin embargo, algunos de nosotros necesitamos hacer más ejercicio y más esfuerzo para mejorar la tensión del músculo. Es lo que se conoce como bajo tono muscular. Quienes lo padecen deben hacer un gran esfuerzo para hacer las cosas y se cansan fácilmente, se distraen, les pesan las cosas, no empujan, no halan. No varía acorde a la edad.
Cómo darse cuenta de que su hijo la necesita
Martha Tobón, terapeuta ocupacional y miembro del Colegio Colombiano de Terapia ocupacional, dice que algunos de los ítems que podrían servir de indicador a los padres son:
• En el caso de los bebés, su proceso de desarrollo puede ser más lento comparado con otros niños de su edad:  no se sientan, miran fijamente a los ojos, lloran incesantemente, no se calman ni siquiera alzándolos y no les gusta coger objetos con las manos.
• En edad escolar: tienen dificultad al coger el lápiz, al hacer trabajos manuales o con las tareas de memoria. No recuerdan qué ni cómo hizo las cosas. No le gusta jugar ni compartir con sus compañeros.
¿Por qué la moda?

La doctora Rodríguez asegura que actualmente se vive una moda por ir a terapia, conocida como “terapitis”, para que el niño sea más aventajado que los demás. En realidad, según varios especialistas, no todos los niños las necesitan, solo aquellos que pueden ir "colgados" en su desarrollo. Algunos expertos sostienen que, desafortunadamente, en ciertos colegios abusan del tema y remiten a niños que no la requieren o con los cuales las instituciones tienen problemas de manejo.
Sirve o no
“Sí sirve cuando el niño la necesita.   El niño y su familia tienen derecho a saber qué profesional lo está atendiendo, qué hace, cómo puede ayudar al niño y cómo va a ser el trabajo con las personas que conforman su entorno. Se deben establecer objetivos  y prioridades”, afirma la doctora Ferro. Padres, maestros y cuidadores perciben resultados de la terapia si el infante actúa menos estresado, trabaja mejor en los cuadernos y desarrolla mayor gusto por las actividades escolares. La terapia no solo es asistir a las sesiones, sino seguir paso a paso el plan de trabajo del terapeuta ocupacional. Es deber de los padres y cuidadores reforzar las actividades sugeridas en casa para alcanzar los resultados esperados.
Qué se hace en la terapia
El niño inicialmente desarrolla actividades de motricidad gruesa y fina, y ejercicios de interacción con el otro, si es necesario. Un buen sitio para la terapia suele tener columpios, aparatos para balancearse y para estar suspendido a determinada altura del piso, rodaderos, colchonetas, pelotas y juegos de encajes. Dentro de ella se trabaja:
• Integración sensorial: enfoque para promover la maduración del niño. Se estimulan retos motores, a fin de mejorar equilibrio, fuerza y estabilidad. Muchos la definen como ‘el policía de tránsito en el cerebro’, encargado de organizar sensaciones, clasificarlas y dar respuesta. Los padres pueden pensar que el niño solo juega, y que este juego, guiado por buenas terapeutas, produce resultados.
• Integración social: se procesa la información del ambiente. Muchos terapeutas no lo trabajan porque consideran que lo más importante es la formación cognitiva y la habilidad manual. Sin embargo, esto también servirá a los terapeutas para solucionar deficiencias en los hábitos de estudio.
Durante los dos primeros años, el pequeño ingresa a consulta acompañado de sus padres. A los 2, lo mejor es motivarlo para entrar solos. Mientras tanto, los adultos pueden permanecer en una sala continua verificando a sus pequeños. La idea no es enseñarles a las malas, sino a través del juego, para promover habilidades y fortalecer el vínculo afectivo con la familia.
¿Cuánto debe durar?
No existe un tiempo exacto, se modifica dependiendo de cada niño. Lo más recomendable en edad preescolar es asistir dos veces por semana a sesiones de 45 minutos a una hora.  El niño puede durar desde seis meses en terapia hasta más.
Si, por el contrario, el trabajo se está desarrollando con bebés (se pueden atender incluso recién nacidos), lo más recomendable es que el tiempo se reduzca a media hora, luego de hacer comido y descansado hora y media.







Fuente: Texto extraido de www.abcdelbebe.com

martes, 24 de abril de 2012

Comprendiendo los desordenes sensoriales.

Uno de los grandes problemas que presentan las personas con autismo, está relacionado en cómo perciben las sensaciones a través de sus sentidos. Estos problemas de orden sensorial generan muchas de las conductas inadecuadas de los niños con este tipo de trastorno. Una de las tareas de la terapia de integración sensorial es precisamente ayudar al niño a regular estas sensaciones.
Algunas de las reacciones más comunes son las siguientes:

  • Rechazo del contacto físico. Al abrazarlos o besarlos el niño muestra un rechazo. Este contacto puede ser extremadamente confuso e incluso interpretarlo como una agresión.
  • Los peines y cepillos, pueden provocar una desagradable sensación, es como sí usáramos un rastrillo de púas de acero para peinarnos.
  • El lavado del cabello, a su vez implica agua, que o bien puede dar la sensación de ardor de de todo lo contrario. Y el masaje capilar puede interpretarlo como si le estuviésemos frotando con una piedra pómez.
  • Cepillar los dientes, o peor aún, la visita al dentista, implica la introducción en la boca de el cepillo (o de los instrumentos del dentista), sumado a la pasta dentífrica, que genera una “explosión” de sabor en nuestra boca. Al igual que con el peinado y el lavado del cabello, es una explosión sensorial en toda regla.
  • El no contacto visual no significa que no nos oigan, pero si los forzamos a mirarnos mientras les hablamos, sencillamente son incapaces de procesar toda la información de forma simultánea.
  • Si vamos a un supermercado o centro comercial, es muy posible que el niño entre en una crisis y presente una rabieta. No es que sea un maleducado -como pensará quien nos observe- es que hemos saturado sus sistemas de procesamiento sensorial. Luces, olores, sonidos, estímulos visuales, etc. Todo un cortocircuito para alguien que no puede procesar tanta información de forma simultánea. Es fácil que el niño se haga pipí encima, aunque esto sea algo consolidado, ya que esta sobrecarga de información bloquea -literalmente- su sistema de percepciones corporales y hace que se orine encima. Los centros comerciales y supermercados son un reto a los sentidos.
  • Quitarse la ropa en la calle en pleno invierno es un signo evidente, es como si su ropa estuviese hecha de papel de lija. A su vez, les cuesta entender la diferencia entre frío y calor. Esto es aplicable también a zapatos y calcetines.
  • Otro de los problemas que es fácil encontrar es el no saber columpiarse, y que a pesar de nuestros intentos, no sea capaz de aprender a columpiarse. Cualquier niño de 6 años adquirirá la capacidad de columpiarse en unos pocos minutos, a muchos niños con autismo, este simple hecho les representa un reto. Muy habitual en niños hiper-prudentes. Sencillamente no son capaces de coordinar su propio cuerpo, y esto les produce una sensación similar al vértigo.
Estos problemas, suelen excitar mucho al niño y acrecentar sus estereotipias. Estas las usan como un sistema autorregulador emocional. Las técnicas de integración sensorial se encaminan precisamente a enseñar al niño a comprender estas sensaciones, e incluso, al reconocimiento de su propio cuerpo. Este problema de procesamiento sensorial hace que ni siquiera sean capaces de reconocer su propio cuerpo, sensorialmente hablando. Esta dificultad para entender el “yo” físico, puede sumarles en un estado de confusión, acrecentar su mala disposición y en suma, crear estados de ansiedad.
Actualmente, las técnicas de integración sensorial consiguen que muchos de estos problemas se resuelvan, y ayudan al niño a comprender mejor las sensaciones que le rodean.



Fuente:
www.autismodiario.org
Foto: desarrollando mentes.

miércoles, 8 de febrero de 2012

DIR-Floortime


Jugar en el piso: 

El método Floortime es el componente principal del modelo DIR, un programa completo para bebes y niños con trastorno de desarrollo (entre otros el TEA). Crea un abordaje que incluye  además del tratamiento del niño,  una relación de aprendizaje con los padres, adaptada siempre a los rasgos diferenciados del niño, para ayudarlo a ascender en la escala del desarrollo.

La parte D (Desarrollo) del Modelo describe cada paso en la construcción de esas capacidades. Incluye ayudar al niño a aprender cómo atender y permanecer calmado, a relacionarse con otros, a iniciar y responder a todos los tipos de comunicación, empezando con gestos sociales y emocionales, a vincularse  en resolución de problemas sociales compartidos que involucren muchas interacciones consecutivas, usando ideas para comunicar necesidades, a jugar y pensar creativamente y a combinar ideas para pensar lógicamente en sucesivos niveles de complejidad para disfrutar las relaciones con pares y lograr habilidades académicas.
La parte I (Diferencias Individuales) del Modelo describe las maneras únicas y biológicas con las cuales cada niño recibe, responde y comprende las sensaciones tales como el sonido, el tacto, planifica y secuencia ideas y acciones. Algunos niños, por ejemplo son muy hiper reactivos al tacto y al sonido, mientras que otros son hipo reactivos, y otros, más aún, buscan estas sensaciones.
La parte R (Basado en las Relaciones) del Modelo describe las relaciones de aprendizaje (con cuidadores, educadores, pares, etc.) que son ajustadas a las diferencias individuales del niño para permitirle progresar en el logro de estas capacidades básicas.

Para el Modelo DIR©/Floortime™ es primordial el rol  que tienen las emociones y los intereses naturales del niño, que han demostrado ser esenciales para las interacciones de aprendizaje  que les permiten a las diferentes partes de la mente y del cerebro trabajar juntas y construir sucesivamente niveles más altos de capacidades emocionales, sociales e intelectuales.

Floortime™ (o “juego circular”) es una técnica específica que conjuntamente sigue los intereses emocionales naturales del niño, al mismo tiempo que lo desafía a tener logros cada vez mayores. Sin embargo,  el Modelo DIR®/ Floortime™ es un marco comprensivo que permite a los profesionales y padres construir un programa ajustado a las fortalezas y desafíos únicos de cada niño. A menudo incluye, además de Floortime™,  ejercicios variados de resolución de problemas y generalmente, un abordaje de trabajo en equipo con Terapia del Lenguaje, Terapia Ocupacional, Programas Educativos y, cuando es apropiado, Intervenciones Biomédicas. El Modelo DIR®/ Floortime™ además pone énfasis en el rol crítico de los padres y otros miembros familiares dada la importancia de sus relaciones emocionales con el niño.
Floortime es Jugar en el piso! Como su nombre lo indica, este jugar en el piso esta basado en dos metas principales,  la primer meta de la terapia Floortime es seguir la iniciativa del niño y aprovechar sus intereses naturales, la segunda es atraer al niño hacia un mundo compartido.
Los niveles de desarrollo de funcionamiento intelectual y emocional que se reconocen son:
• Regulación y Atención: la habilidad de poder estar calmado y observar el entorno que lo rodea.
• Vínculo/ Intimidad: una conexión emocional con su mamá, su papá o las personas que lo cuidan.
• Comunicación emocional recíproca: iniciar y responder en un ida y vuelta de gestos tales como abrazo, girar para mirar, mover la cabeza asintiendo, etc
• Resolución de problemas sociales compartidos: tomar la mano de alguien y llevarlo hacia un objeto que quiere y resolver juntos, imitar, juegos sociales, etc.
• Crear ideas: palabras y símbolos para expresar, emociones, intenciones, etc. Juego simbólico.
• Pensamiento emocional: ideas que van más allá de las necesidades básicas para el juego simbólico. Puentes que combinan ideas para llegar a algo lógico y abstracto.



Fuente: 
 Fundado por Stanley Greenspan y Serena Wieder: www.icdl.com

sábado, 8 de octubre de 2011

Abordajes: Neurodesarrollo.

Neurodesarrollo: Concepto Bobath.


Es un enfoque de terapia y rehabilitación para la valoración y manejo de la persona con trastornos neuro-motores. El mismo tiene como objetivo maximizar las habilidades funcionales del individuo, tanto sea en adultos, como en niños e infantes.

Este concepto fue desarrollado inicialmente por la Fisioterapeuta Berta Bobath y el Dr. Karel Bobath en la década de 1940 y aplicado en el mundo entero por Terapeutas Físicos, Kinesiólogos, Terapeutas Ocupacionales, Fonoaudiólogos, Médicos y Enfermeros.

Si bien “el Concepto” cuenta con principios que aún hoy en día se mantienen, el mismo ha evolucionado, y continúa su desarrollo a la luz de las nuevas investigaciones que provienen del campo de la neurociencia. También denominado en América como Neurodesarrollo, cuya terminología simplificada proviene de:  “Neuro” - que se tiene en cuenta aspectos neurológicos, es decir del Sistema Nervioso, “Desarrollo” que se tiene en cuenta el desarrollo de los patrones normales de movimiento, que conforman las habilidades funcionales.

Fundamentos:
• En el análisis del movimiento normal y sus variaciones, utilizado para la realización
   de las diferentes funciones de todos los días.

• En el proceso de razonamiento clínico para interpretar la resolución de los
   problemas con que se enfrenta la persona con secuela de lesión del sistema nervioso, al realizar la función.

• En la valoración de la función total , cualquiera sea el momento de vida de la persona
  (infante o adulto).

• En un enfoque holístico , dado que tiene en cuenta:
   A la persona como un todo (aspectos cognitivos, emocionales, físicos).
   El medio ambiente en el cual la persona vive y se desarrolla.
   Los aspectos específicos de la tarea que desarrolla.


El concepto de terapia del neurodesarrollo (TND) se basa en el reconocimiento de la importancia de dos factores:
1. Cómo una lesión del cerebro provoca un retardo o detención de alguna o todas las áreas del desarrollo.
2. De cómo lo anterior genera la aparición de patrones anormales de postura y movimiento, por la aparición de la actividad refleja anormal.


El principal objetivo será entonces el control del tono postural, inhibiendo los patrones de la actividad refleja anormal,  al facilitar la adquisición de patrones motores normales, lo cual se busca con manipulaciones específicas según el grado de desarrollo del niño. Así como sus características clínicas de comportamiento motor hasta el momento adquiridas, de igual manera se busca una mayor variedad de habilidades funcionales, que aumenta la capacidad del paciente para moverse y funcionar de la manera más normal posible. El manejo es directo para proveer facilitación e inhibición, que optimicen la función, incluyendo la interacción de muchos sistemas, así como la interacción madre-hijo. Otro aspecto muy importante, es el que se refiere al momento de inicio de la terapia, lo cual debe ser lo más temprano posible.
El cerebro en los primeros años de la vida es aún inmaduro, pero con gran plasticidad, lo cual nos permite influir en su proceso de maduración, creando engramas del movimiento normal.
Con el tratamiento temprano se puede evitar la adquisición y habituación de patrones anormales de hipertonía, y la aparición de contracturas y deformidades evitando así eventuales cirugías correctoras. El concepto Bobath es aplicable además de la parálisis cerebral infantil a alteraciones neurológicas que influyen en la postura y movimiento, tales como: bebés de alto riesgo, pacientes con déficit de atención e hiperactividad, pacientes con secuelas de accidentes vasculares cerebrales, síndrome de Down entre otras.


Fuentes:



- “Plasticidad y restauración neurológica.”
Articulo: Terapia de Neurodesarrollo, concepto Bobath.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Feliz Dia!!

10 de Septiembre, dia del Terapista Ocupacional en Argentina!!!!
Muy Feliz dia a TOdos mis colegas, a difundir esta profesión que tanto amamos!!!!

Fer Marcel

lunes, 5 de septiembre de 2011

Abordajes: Integración Sensorial.


La integración sensorial es un proceso complejo que permite a una persona tomar, organizar e interpretar información que recibe de su cuerpo y del mundo externo. Este proceso neurobiológico innato permite al cerebro integrar e interpretar estímulos sensoriales.
Ahora imaginen lo siguiente: 
Encender la radio y no sintonizar ninguna emisora; mantenerla en un sonido estático y subir el volumen. Pedir a alguien que encienda y apague las luces cuando él quiera. Sentarnos en una silla rota (que tenga una pata más corta que las otras) y apoyarnos en una mesa que también baile. Ponernos un jersey apretado y áspero, en lugar de una camiseta cómoda; ponernos también unos calcetines al revés y unos zapatos un número más chico. Con todos estos aspectos en juego o sólo con un par de ellos, tomar un libro e intentar aprender algo... Intentar mantener la calma, no ponernos nerviosos y prestar atención a alguna persona que nos intente explicar alguna cosa...
Toda la información que nos llega del ambiente la recibimos a través de nuestros sentidos sensoriales. Por ejemplo, para saber si la sopa esta fría o caliente, si nos duele la picadura de una abeja y también cosas como dónde están nuestros brazos y piernas y cómo acomodar nuestro cuerpo para sentarnos en una silla. Estos procesos sensoriales ocurren dentro del sistema nervioso a un nivel inconsciente. Si bien conocemos los sentidos del gusto, olfato, tacto, visión y audición, muchos de nosotros desconocemos otras experiencias sensoriales que nuestro sistema nervioso también recibe e integra tales como el sentido del movimiento, la percepción corporal, y la fuerza gravitacional.
De vital importancia es el sentido vestibular, pues nos ayuda a mantenernos erguidos y en equilibrio. Nos informa de los movimientos y posturas que debemos adoptar en cada momento para luchar contra la fuerza de la gravedad y no caer. Sin él no podríamos movernos libremente y sin miedo en el espacio que nos rodea.
También es importante el sentido propioceptivo, nos aporta información de nuestras articulaciones y músculos para que podamos regular movimientos de precisión y la fuerza que utilizamos en cada acto que realizamos. Sin él no podríamos utilizar ningún utensilio, por ejemplo, y seríamos realmente torpes.
Por último, el sentido del tacto es mucho más significativo de lo que normalmente suponemos. No solamente nos informa de la temperatura, la presión, el dolor, la dureza o suavidad de las cosas, etc. El sistema táctil tiene una gran influencia en nuestras emociones y sentimientos. A través del tacto experimentamos infinidad de sensaciones emocionales que impactan en nuestro estado de ánimo y determinan nuestra relación con los demás.
El eficiente uso de información sensorial nos permite funcionar de una manera armónica y organizada en nuestra vida diaria.
La teoría de la integración sensorial fue creada para abordar problemas de aprendizaje en los niños. Se trata, más que de una técnica específica, de un enfoque terapéutico. Su creadora fue la doctora Jean Ayres, terapeuta ocupacional estadounidense, que formuló dicha teoría de la integración sensorial a partir de sus propias investigaciones y estableció también la  evaluación y el tratamiento de las disfunciones de integración sensorial.

Ayres se interesó, inicialmente, por los problemas perceptivos cuyo origen se encontraba en los traumatismos craneanos, los accidentes cerebro-vasculares y la parálisis cerebral. En los años sesenta del pasado siglo, después de haber completado estudios de doctorado y post-doctorado en neurofisiología, comenzó a formular hipótesis sobre los procesos neurobiológicos susceptibles de ser asociados con los problemas de aprendizaje en los niños, y creó una  evaluación sistemática para poder medir las funciones perceptivo-motrices.

Sus primeros conceptos teóricos se basaron en estudios de neuroanatomía, neurobiología y neurofisiología. Durante más de veinte años realizó numerosas investigaciones clínicas tanto con niños normales como con niños afectados por problemas de aprendizaje, para las cuales utilizó las evaluaciones que había creado.

Dichas evaluaciones fueron perfeccionadas por la propia Ayres a lo largo de sus investigaciones y en la actualidad sirven para medir los distintos procesos neurológicos que contribuyen a la capacidad de aprender. Los resultados de las evaluaciones de los niños normales permitieron la elaboración de escalas de actuación media según la edad. El análisis de estos resultados permitió que se identificaran varios tipos de disfunciones de integración sensorial.

Jean Ayres estableció unos criterios muy rigurosos para la administración y el análisis de sus evaluaciones. Por ello, se necesita una formación específica para poder evaluar y tratar disfunciones de la integración sensorial. Los cursos de formación en  evaluación y tratamiento de problemas de integración sensorial impartidos en todo el mundo están abiertos exclusivamente a terapeutas ocupacionales.
El proceso de la integración sensorial 

La integración sensorial es un proceso neurológico y la teoría de Ayres establece la relación existente entre dicho proceso neurológico y el comportamiento. Ayres desarrolló su teoría de integración sensorial con el objetivo de describir, explicar y predecir las relaciones específicas entre el funcionamiento neurológico, el comportamiento sensori-motor y el aprendizaje académico. Esperaba poder identificar patrones de disfunción entre los niños con problemas de aprendizaje y poder desarrollar tratamientos específicos. Buscaba, ante todo, poder explicar las causas de estos problemas con el fin de determinar el tratamiento óptimo.

Ayres define la disfunción de integración sensorial como un mal funcionamiento de la organización de la información dentro del S.N.C., el cual no consigue organizar los impulsos sensoriales para poder darle al individuo una información adecuada y precisa sobre él mismo y su ambiente. Esta disfunción suele reflejarse en el comportamiento y en la coordinación motora.

Para entender esta definición, Ayres propone la siguiente analogía: el S.N.C. es como una ciudad y los impulsos nerviosos son como la circulación de los vehículos por sus calles. Un buen proceso de integración sensorial permite una circulación fluida y que todos lleguen a su destino rápidamente. Una disfunción de la integración sensorial es un tipo de atasco en el cerebro. En la disfunción de integración sensorial, parte de la información sensorial queda atrapada en el atasco y algunas partes del sistema nervioso no reciben la información que necesitan para poder realizar su trabajo.

Es importante distinguir entre las disfunciones de integración sensorial y otras condiciones que pueden causar problemas de aprendizaje. Una disfunción de la integración sensorial es un mal funcionamiento y no una ausencia de función. Por ejemplo, la persona ciega no recibe información visual, lo cual es una ausencia de función. Una lesión en la parte del S.N.C. que dirige los músculos causa un problema neuro-muscular, lo cual no es una disfunción de integración sensorial. Las disfunciones de la integración sensorial no son siempre la causa de los problemas académicos existentes, que pueden deberse a múltiples motivos como, por ejemplo, a una vida afectiva perturbada.

Según Ayres, las causas de disfunción de la integración sensorial podrían ser las siguientes: problemas durante el parto, factores hereditarios y químicos o bien una  falta de estimulación sensorial. Los síntomas son la hiperactividad y la distracción, problemas de lenguaje, problemas de comportamiento, ligeros problemas de coordinación y de control postural y problemas de aprendizaje (lectura, escritura, matemáticas).

Niños con problemas de aprendizaje y/o comportamiento debido a una mala integración sensorial
Existen niños normales, incluso con niveles de inteligencia superiores a la media, pero que no perciben el mundo que les rodea como los demás. Tienen reacciones emotivas exageradas y no pueden soportar cambios en su rutina diaria. No son capaces de atender en clase, no comprenden bien lo que se les explica, parecen vagos, tienen graves problemas con la lecto-escritura y/o no pueden estar quietos ni un instante. Son candidatos ideales al fracaso escolar y a caer en la pérdida de la autoestima. Los castigos o las clases particulares complementarias no surten mucho efecto. ¿Por qué todo esto? Padecen un problema de integración sensorial. La información que llega a su cerebro no es bien procesada y son víctimas de esa desorganización.

Por supuesto, no todos los problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños se deben a una mala integración sensorial. Pero los expertos (Carte y otros, 1984. Developmental and Behavioral Pediatrics, 5 (4), pp.189-194) consideran que un 70 por ciento de dichos problemas son causados, en modo más o menos directo, por disfunciones en la integración sensorial.

La teoría de la integración sensorial aplicada a niños que padecen este problema se basa en el hecho de que los estímulos vestibulares (los relacionados con el movimiento), los proprioceptivos (los relacionados con los músculos y articulaciones) y los táctiles no son interpretados por el sistema nervioso de estos pequeños de la misma manera que lo hace el sistema nervioso de la mayoría de los niños.

Las deficiencias en el  procesamiento sensorial se manifiestan frecuentemente en comportamientos de búsqueda de estímulos o de evitación de estímulos. En ambos casos, la consecuencia es que el niño se mueve mucho, lo cual interfiere tanto en su capacidad de prestar atención como en su comportamiento, que muchas veces no es el que los demás esperan de él. Asimismo, ese procesamiento sensorial anómalo provoca que al pequeño le resulte difícil filtrar, seleccionar los diversos estímulos sensoriales que recibe. Porque atiende en la misma medida a la sensación de la ropa sobre su piel, que al ruido de un camión en la calle o a la voz de la maestra en clase. Es decir, su cerebro no es capaz de inhibir las sensaciones sin relevancia para atender solamente a las que la tienen.

Por ello, porque es una circunstancia que está fuera del control voluntario del individuo afectado, la política de castigos y recompensas -aunque puede ayudar a mejorar algo el comportamiento del niño- no soluciona el problema, que a menudo provoca una pérdida de autoestima y un aislamiento académico. 


Fuentes:
www.actualizacionesterapeuticas.com
www.ibeaudry.com

lunes, 18 de julio de 2011

¿Qué es Terapia Ocupacional Pediatrica?


La Terapia Ocupacional, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
“Es un conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que, a través de actividades aplicadas con fines terapéuticos, previene y mantiene la salud, favorece la restauración de la función, suple los déficit invalidantes y valora los supuestos comportamentales y su significación profunda para conseguir la mayor independencia y reinserción posible del individuo en todos sus aspectos: laboral, mental, físico y social".


El  Terapista Ocupacional se encarga de la prevención, diagnóstico funcional , tratamiento e investigación de las ocupaciones diarias en las diferentes áreas: cuidado personal (autoalimentación, vestido, higiene), productividad (tareas relacionadas con las actividades pre-escolares y escolares)  juego y esparcimiento (lúdicas), para incrementar la función independiente y mejorar el desarrollo de los niños que presentan dificultades en su desempeño diario. Incluye también la adaptación de las tareas o el ambiente para lograr la máxima independencia y mejorar la calidad de vida.
Para que un niño desempeñe una tarea funcional, tal como: colocarse los zapatos, atarse los cordones, escribir al ritmo de sus compañeros en clase, existen habilidades subyacentes que son prerrequisitos, llamadas componentes del desempeño ocupacional. Algunos de estos son: habilidades de destreza y coordinación fina, procesamiento perceptivo visual, procesamiento y modulación sensorial, planificación y organización motriz, los cuales posibilitan el éxito en el desempeño de una tarea.
Los componentes están presentes en cada una de las áreas del desempeño y que un componente afectado puede interferir en una o más áreas.

Evaluación:
El propósito de la evaluación en Terapia Ocupacional se puede resumir en tres grandes objetivos:
1. Analizar el desempeño del niño / adolescente en sus ocupaciones diarias, a través de las tres áreas: cuidado personal, productividad (actividades relacionadas al jardín, a la escuela, y pre-laborales) y juego.
2. Evaluar los componentes del desempeño;
3. Evaluar el contexto del desempeño: la relación recíproca entre el niño y su ambiente.
Para poder abordar la evaluación se utilizan diferentes instrumentos, algunos estandarizados y otros no, los cuales se seleccionan a partir de un proceso de razonamiento clínico. Para conocer el nivel de independencia en el desempeño diario de cada niño, y la cantidad y tipo  de asistencia necesaria  utilizamos el Wee-FIM o el COPM.
Otros ejemplos: en los niños que presentan dificultades en el desempeño ocupacional diario debido a desórdenes de procesamiento y modulación sensorial se utilizan herramientas como: -Test of Sensory Functions in Infants (TSF), de De Gangi,- Perfil Sensorial, de Winnie Dunn, -Historia Sensorial, -Observación Clínica basada en Integración Sensorial, entre otras guías de observación normativas y cualitativas acorde a la edad.
Para evaluar el desempeño en habilidades motoras se utiliza: Bruininks Oseretsky Test of Motor Proficiency (BOTMP), Escala de Desarrollo Motor Peabody, (PDMS II).
También se utilizan herramientas específicas para evaluar las habilidades visomotoras, visoreceptivas y visocognitivas. 
El tratamiento está diseñado para mejorar la calidad e incrementar el nivel de desempeño ocupacional diario del niño y su familia. Se aplican diferentes modelos de tratamientos en función de las necesidades y expectativas del paciente y su entorno (familiar, escolar y social).
Los métodos y los marcos de referencias más utilizados en el diseño y aplicación del tratamiento son: Neurodesarrollo, Integración Sensorial, Modelo Biomecánico, Rehabilitativo, Modelo de la Ocupación Humana y el Modelo Canadiense Centrado en el Cliente, los cuales pueden combinarse entre sí.
También se implementan técnicas específicas para la enseñanza y entrenamiento de la escritura manual: “Escritura sin Lágrimas” de J. Olzen y “Grupos y otros lazos” de M. Benbow.

Los métodos y los marcos de referencias más utilizados en el diseño y aplicación del tratamiento son: Neurodesarrollo, Integración Sensorial, Modelo Biomecánico, Rehabilitativo, Modelo de la Ocupación Humana y el Modelo Canadiense Centrado en el Cliente, los cuales pueden combinarse entre sí.

Los niños pueden ser derivados atraves de diferentes vias: médicos que atienden a los niños (pediatras, neuropediatras, psiquiatras infantiles, neuroortopedistas, etc.), por recomendación de la escuela, o por preocupación de los mismos padres  o familiares.


Fuentes:
www.fleni.org.ar
www.alejandrarivas.com